El injerto capilar es el procedimiento más avanzado y efectivo para recuperar el cabello perdido de manera definitiva. Se basa en la extracción de folículos pilosos de una zona donante resistente a la caída (normalmente la nuca) y su implantación en las áreas con alopecia. Existen dos técnicas principales:
- FUE (Extracción de Unidades Foliculares): Se extraen los folículos uno a uno, sin necesidad de puntos ni cicatrices visibles, permitiendo una recuperación más rápida.
- FUT (Trasplante de Unidades Foliculares): Se obtiene una tira de piel con folículos de la zona donante, lo que permite trasplantar un mayor número de unidades en una sola sesión.
El procedimiento se realiza bajo anestesia local, tiene una duración de entre 4 y 8 horas y no requiere hospitalización. Los resultados comienzan a notarse a partir de los tres meses, y el crecimiento definitivo se consolida en 12 a 18 meses, proporcionando un aspecto natural y duradero.
Mesoterapia capilar
La mesoterapia capilar es un tratamiento mínimamente invasivo que consiste en la aplicación de microinyecciones con vitaminas, minerales, aminoácidos y otros nutrientes esenciales directamente en el cuero cabelludo. Su objetivo es estimular la circulación sanguínea, fortalecer los folículos pilosos y mejorar la calidad del cabello, aportándole mayor densidad y grosor. Es un procedimiento indoloro que se realiza en varias sesiones y es especialmente eficaz para frenar la caída del cabello y revitalizar el crecimiento capilar.
Bioestimulación capilar
La bioestimulación capilar es una terapia regenerativa que ayuda a fortalecer el cabello debilitado, aumentar su densidad y frenar su caída. Se basa en la aplicación de factores de crecimiento obtenidos del propio paciente, lo que favorece la regeneración celular y estimula la actividad de los folículos pilosos. Este tratamiento es ideal para personas con alopecia incipiente o debilitamiento capilar, y puede combinarse con otras terapias para potenciar sus efectos.
Tratamientos anticaída
Los tratamientos anticaída están diseñados para frenar la caída del cabello, fortalecer los folículos y prevenir el adelgazamiento capilar. Estos pueden incluir terapias tópicas, suplementos nutricionales y tratamientos orales personalizados, adaptados a las necesidades de cada paciente. En muchos casos, la combinación de fármacos específicos con otras técnicas, como la mesoterapia o la bioestimulación capilar, maximiza los resultados y ayuda a mantener un cabello más sano y fuerte a largo plazo