1. Diagnóstico Preciso de la Causa
El primer paso es entender por qué ha fracasado el implante. Mediante un examen clínico y una tomografía computerizada (CBCT 3D), nuestros especialistas evalúan la cantidad de hueso perdido y el estado de los tejidos para determinar la causa raíz del problema.
2. Retirada del Implante (Explantación)
Un implante que no está osteointegrado debe ser retirado. Este procedimiento, llamado explantación, se realiza de forma mínimamente invasiva bajo anestesia local y sedación consciente, garantizando que el paciente no sienta ninguna molestia.
3. Limpieza y Regeneración del Hueso
Una vez retirado el implante, se limpia exhaustivamente el lecho óseo para eliminar cualquier tejido inflamatorio o infeccioso. En la mayoría de los casos, es necesario realizar un injerto de hueso para regenerar el volumen perdido y crear una base sólida para el futuro.
4. Periodo de Cicatrización
El hueso necesita tiempo para sanar y para que el injerto se integre. Este periodo de cicatrización suele durar entre 4 y 6 meses, durante los cuales se realizan revisiones periódicas para asegurar que todo evoluciona correctamente.
5. Planificación de un Nuevo Implante
Una vez que el hueso ha cicatrizado y presenta la calidad y cantidad adecuadas, se puede planificar la colocación de un nuevo implante. Esta segunda oportunidad se planifica con una precisión aún mayor para maximizar las probabilidades de éxito.