¿Cuándo no se pueden poner carillas dentales?
No son una opción adecuada en todos los casos. Una de las situaciones en las que no se deben colocar carillas es cuando el paciente sufre de bruxismo o rechina los dientes de forma excesiva. El constante desgaste provocado por el rechinamiento puede dañar las carillas, haciendo que se astillen o se rompan. Además, si los dientes están muy desgastados o tienen una gran cantidad de caries, las carillas no serán la solución más adecuada, ya que se necesita un diente sano y fuerte para que se adhieran correctamente.
Otro caso en el que no se deben poner carillas es cuando existen problemas graves de alineación dental. Si los dientes están muy desalineados o apiñados, puede ser necesario primero optar por tratamientos de ortodoncia antes de considerar las carillas, ya que estas no corregirán problemas de alineación, solo mejorarán la estética superficial de los dientes. Además, las personas con problemas severos en las encías o con enfermedades periodontales deben tratar esos problemas antes de considerar cualquier tratamiento estético dental, ya que las carillas no resolverán cuestiones relacionadas con la salud bucal subyacente.
¿Cuántas veces se pueden cambiar las carillas dentales?
Las carillas dentales son una solución duradera y eficaz para mejorar la estética dental, pero, como cualquier tratamiento, tienen una vida útil que depende de varios factores. En general, se pueden cambiar varias veces a lo largo de los años, pero lo importante es tener en cuenta:
- Durabilidad de las carillas: Las carillas de porcelana pueden durar entre 10 y 15 años si se cuidan adecuadamente. Después de este tiempo, pueden necesitar un reemplazo. Sin embargo, las carillas dentales de resina compuesta tienen una vida útil más corta, generalmente entre 5 y 7 años.
- Estado de los dientes subyacentes: Si el diente original presenta un deterioro importante con el paso de los años, las carillas dentales pueden requerir ser sustituidas para mantener una buena estética y funcionalidad dental.
- Cuidado y mantenimiento: El cuidado adecuado de las carillas dentales, como evitar morder objetos duros, mantener una buena higiene bucal y asistir a revisiones periódicas, puede alargar su durabilidad y reducir la necesidad de cambios frecuentes.
Es importante destacar que el cambio de carillas dentales no suele realizarse de manera rutinaria; generalmente, se hace cuando es necesario debido a desgaste, daño o cambios en la estética dental. Para mantener unos resultados óptimos, es esencial seguir las recomendaciones de tu dentista.